El mundo de las marcas registradas es complicado, y la batalla por la identidad de marca puede volverse feroz, especialmente cuando entran en juego las celebridades. Si bien tanto las celebridades como las marcas dependen de las marcas registradas para proteger sus identidades únicas en el mercado, las reglas del juego pueden diferir significativamente.
A diferencia de las marcas comerciales, que generalmente se crean para identificar un producto o servicio, los nombres de las celebridades son identidades preexistentes. Esto crea un acto de equilibrio. Las celebridades tienen un interés legítimo en proteger su nombre e imagen del uso comercial no autorizado. Sin embargo, la ley de marcas registradas también tiene como objetivo evitar que las personas sofoquen la competencia al reclamar derechos exclusivos sobre palabras comunes o nombres genéricos.
Un factor clave para determinar si una celebridad puede registrar su nombre como marca registrada es el concepto de "difuminación". Si el nombre de una celebridad se ha asociado tan fuertemente con su marca que ya no funciona como un simple identificador sino que se vuelve sinónimo de un producto o servicio específico, entonces es más probable que se conceda la protección de marca registrada. Por ejemplo, "Michael Jordan" no es solo un nombre, es una marca asociada a la excelencia atlética. Esta distinción fue crucial en el caso de Michael Jordan vs. Quality Kings:
Para las marcas, el camino hacia la protección de marca registrada suele ser más sencillo. La clave aquí es la distinción. Una marca comercial debe ser única y no confundirse fácilmente con marcas comerciales existentes. Los términos descriptivos o los nombres genéricos generalmente no son elegibles para la protección de marca registrada. Por ejemplo, al nombre "Camisa Roja" no se le otorgaría una marca registrada porque simplemente describe un producto.
Incluso para las marcas aparentemente distintivas, se aplica la prueba de "probabilidad de confusión". Esto significa que la oficina de marcas registradas considerará si los consumidores pueden confundirse sobre el origen o la fuente de un producto en función de la marca comercial. Un ejemplo famoso es el caso de Victoria's Secret vs. Victoria's Secret Restaurant:
Las celebridades necesitan demostrar que su nombre ha trascendido la mera identificación y se ha convertido en una marca en sí misma. Las marcas, por otro lado, deben asegurarse de que el nombre elegido sea distintivo y no genere confusión con marcas registradas existentes. Al lograr este equilibrio, tanto las celebridades como las marcas pueden proteger sus identidades únicas en el mercado cada vez más competitivo.